domingo, 20 de enero de 2013

New York, New York, is a wonderful town!


Nueva York es muchas cosas. Es ciudad global, centro financiero, destino turístico, referente de vanguardias, fuente de inspiración… Es el sitio al que acudir cuando se quiere empezar de cero. Dicen que todo es posible en Nueva York, desde alcanzar la fama en la calle por casualidad hasta perder toda una fortuna en lo que dura un parpadeo. Hay millones de imágenes, sonidos o sentimientos que están relacionados casi en exclusiva con la ‘gran manzana’ y que todos conocen, tanto los que viven allí como los que han estado simplemente de paso, o los que sólo tienen la idea de la ciudad basada en algún libro o película. Pero sin duda lo que la mayoría tiene en mente cuando se hace referencia a Nueva York son los rascacielos.


Vista de Manhattan desde el GE Building (1935) 


En realidad Nueva York la conforman cinco distritos: Bronx, Brooklyn, Manhattan, Queens y Staten Island, aunque es frecuente relacionarla exclusivamente con el distrito de Manhattan, puesto que éste fue el origen de la ciudad y el que concentra mayor número de población, edificios emblemáticos y actividad de todo tipo.

Manhattan es una isla que fue habitada por aborígenes americanos antes de la llegada de los europeos. Se cuenta que fue adquirida en el siglo XVII por colonos holandeses a cambio del equivalente a 24 dólares actuales. Ya sea una leyenda o no, lo cierto es que seguramente han sido los 87 km2 mejor aprovechados de la historia.


División de la isla de Manhattan


A principios del siglo XIX se buscaba un sistema mediante el que fuera posible “distribuir las calles para que se integren en conveniencia y beneficio públicos y, en particular, favorezcan la salud pública". En respuesta a este encargo se aprobó en 1811 el plan urbanístico por el que las calles de Nueva York (por entonces sólo Manhattan) formarían una cuadrícula perfecta: Once avenidas recorrerían de norte a sur la isla y serían cortadas en ángulos rectos por 155 calles. Dicho plan es considerado como auténticamente visionario, teniendo en cuenta las diferencias de población, sistemas constructivos y medios de transporte de aquella época con respecto a la actual.


Evolución urbanística de Manhattan en los años 1664, 1774, 1880 y 1930


Fue tal el éxito del sistema de cuadrícula que en apenas 40 años la población se había multiplicado por cuatro. La escasez de espacios libres para el esparcimiento de los ciudadanos hizo pensar en la necesidad de crear un gran parque que estaría situado en el centro de la cuadrícula y funcionaría como un oasis dentro del cual fuera posible evadirse de la agitación de la ciudad, pero a la vez estando dentro de la ciudad.


 Plano del proyecto de Central Park (1875)


Vista aérea de Central Park (1955)


El rascacielos nace en Chicago hacia 1870 debido a la concepción de estructuras ligeras de acero, la invención del ascensor y la necesidad de crecer hacia arriba para rentabilizar el terreno. Sin embargo fue en Nueva York donde se perfeccionó este modelo de edificio. La naturaleza rocosa del suelo, que asienta los cimientos, la estrechez del Lower Manhattan, y el deseo tan propio del país de la libre empresa de superar a la competencia, fueron el caldo de cultivo ideal para facilitar su proliferación. Aunque las formas y la decoración mantienen el eclecticismo propio de las edificaciones anteriores, la Escuela de Chicago ejerció una gran influencia en los primeros proyectos de rascacielos de Manhattan.


Haughwout Store (1857) John P. Gaynor


Bayard Condict Building (1897-1899) Louis Sullivan


Ansonia Hotel (1899-1904) Paul E. M. Duboy


Woolworth Building (1913)


Flatiron Building (1901-1903) Daniel Burnham & Co


A principios del siglo XX, la tecnología del inmueble de gran altura alcanza su madurez: el número de pisos aumenta y los rascacielos se multiplican en Manhattan. Pero la estética del rascacielos sigue buscando su camino, vacilando entre el neoclásico y el neogótico.


Municipal Building (1907-1914) McKim, Mead & White


A raíz del boom inmobiliario de los años veinte, los arquitectos neoyorquinos se inspiraron en los movimientos europeos (secesión vienesa, expresionismo alemán, art decó francés) e incluso los superaron. El Chrysler Building es el ejemplo más notable. El geometrismo art decó, abundante en el estilo Jazz Moderne y más tarde sosegado con el Streamlined Moderne, se adapta perfectamente a las siluetas piramidales del rascacielos.


Chrysler Building (1930) William van Alen


Empire State Building (1931)


General Electric Building (1930-1931) Cross & Cross


American Standard Building (1924) Hood & Fouilhoux


En 1932 Philip Johnson (arquitecto) y Henri Russell Hitchcock (historiador) lanzaron el término “estilo internacional”, a raíz de una exposición sobre la arquitectura europea celebrada en el MOMA. Nueva York permanece fiel a los estilos Beaux-Arts y art decó, incapaz de emular el modernismo europeo. No se convertirá en un “laboratorio” de arquitectura hasta 1950, concibiendo entonces nuevos espacios públicos.


Lever House (1952) Gordon Bunhaft


Seagram Building (1958) Mies van der Rohe


Podemos pensar en Nueva York como en la ciudad dinámica, y en la gente que esquiva el tráfico, y avanza por las calles como si no hubiera mañana. Podemos pensar en taxis amarillos, pero siempre los pensaremos flanqueados por gigantes de hierro, cemento y cristal que hacen de Nueva York una de las metrópolis más especiales del mundo.


New York (1953)


New York, New York - On the Town (1949)


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sábado, 12 de enero de 2013

Alvar Aalto (1898-1976)


Considerado como uno de los grandes maestros de la arquitectura y del diseño funcional moderno, este escandinavo ha sido el único arquitecto de la Segunda generación del Movimiento Moderno reconocido como “maestro”, equiparándose así a los grandes maestros del Periodo heroico del Movimiento Moderno como Mies van der RoheLe Corbusier y Gropius.


Alvar Aalto 1948


No era buen estudiante debido a su problema de dislexia que le hacía realizar extraños juegos con el lenguaje pero en lo que siempre destacó fue en dibujo. Sabiendo el deseo de su padre, que uno de sus hijos fuese militar, decidió irse a estudiar arquitectura a Helsinki. Tras viajar por Europa y adquirir conocimiento en diferentes oficinas de arquitectos decide abrir su propio despacho en Jyväskylä en 1923, en el que desde 1925 trabajaría con su mujer la arquitecta Aino Marsio, recorrieron parte del mundo, eran una pareja moderna, tenían automóvil, se compraron un gramófono para aprender a bailar foxtrot, aprendieron inglés por correspondencia y se convirtieron en fervorosos cinéfilos. Junto a ella realizó experimentos sobre la flexibilidad de la madera, investigación que, en los años 30, le llevó a concebir sus revolucionarios diseños de sillas.


 Paimio chair 1931, Alvar Aalto


En 1927 traslada su oficina a Turku, al mismo tiempo que recibe sus primeros encargos importantes, el sanatorio Paimio y la Biblioteca de Viipuri. En 1933 se trasladó con su despacho a Helsinki, donde fundó junto con su mujer Aino, el matrimonio Maire y Harry Gullichsen y Nils Gustav Hahl, la fábrica de muebles Artek.


Biblioteca de Viipuri 1927-34, Alvar Aalto


Sanatorio Paimio 1929-33, Alvar Aalto


Carrito de té para Artek 1935-36, Alvar Aalto


Aalto vio en la madera la materia prima de su país, de esa manera se ganó la simpatía de políticos y personas influyentes, convirtiéndolo así en el proyectista del pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de París en 1937, el que construyó y revistió de madera. También se encargó del pabellón de su país en la Exposición Universal de Nueva York en 1939, consiguiendo así, solidificar su reputación en Estados Unidos, al ser aclamado como el interior más innovador y brillante de la feria, Frank Lloyd Wright declaró que “esta obra sólo la ha podido hacer un genio de la arquitectura”.


Pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de París 1937


Pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de Nueva York 1939


Durante este periodo Aalto recibe el encargo, por parte de la pareja Mairie y Harry Gullichsen, de una casa en Noormarkku-Finlandia, quienes le pidieron que la considerara como “una casa experimental”. No era ninguna sorpresa que esta casa pasara a ser una de las casas más famosas en la historia de la arquitectura Villa Mairea.


Villa Mairea, Noormarkku, Finlandia 1937-40


Huyendo de la invasión Rusa se traslada a Estados Unidos, una vez allí se hace maestro de MIT (Massachusetts Institute of Technology) donde le encargan un proyecto de viviendas para estudiantes Baker House. El trabajo de Aalto fue muy bien acogido en América, su filosofía tuvo una gran influencia en diseñadores de la posguerra como Charles y Ray Eames.


 Baker House MIT, Alvar Aalto 1947


Baker House MIT, Alvar Aalto 1947


Aalto creía que el diseño no debía únicamente reconocer las exigencias funcionales, sino que también había de plantear las necesidades psicológicas del usuario, y que la mejor manera de conseguirlo era utilizando materiales naturales, especialmente la madera, que describía como “un material profundamente humano, inspirador de formas”. Los pioneros diseños orgánicos de Aalto proporcionaron un nuevo vocabulario formal a la vez que representaron elocuentemente para el gran público la cara amable de la modernidad.


Alvar Aalto photographed by Aino Aalto in a 
Swiss café furnished with its chairs, Ascona, 1935



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martes, 1 de enero de 2013

¡¡Feliz Año Nuevo!!

El equipo de Corners of the 20th Century os desea un feliz y próspero año 2013!!

Ilustración: "Where there's smoke there's fire" de Russell Patterson (c.1920)

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